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La Universidad de Murcia aprovecha las posibilidades de las TIC tanto en actividades presenciales como en las de formación autónoma

La presencialidad sigue siendo un activo fundamental del que no podemos prescindir, pero hemos de ser capaces de aprovechar al máximo las capacidades que ofrecen las TIC tanto para mejorar las actividades presenciales en el aula como para poder diseñar actividades formativas en línea aprovechando lo mejor de ambos mundos.



La educación y su metodología, como pilares básicos de una sociedad, no son ajenos a los avances tecnológicos que se suceden. Desde la irrupción de los ordenadores personales y posteriormente smartphones y tablets, estos dispositivos se han ido adaptando a las necesidades de los estudiantes. El amplio catálogo de servicios digitales disponibles en los terminales ha reducido el empleo del clásico papel y bolígrafo en las aulas. Herramientas de edición como Office 365 (Word, PowerPoint, Excel), de almacenamiento en la nube (One Drive), de interacción (Kahoot) y otras como las Aulas Virtuales se han ido asentando en el funcionamiento de docentes y estudiantes. Con todo ello, el concepto de aulas híbridas lleva esta innovación un paso más allá. Las limitaciones propias del centro ya no son un impedimento para acceder a los estudios académicos. En la última década y, sobre todo a raíz de la COVID-19, muchas instituciones han apostado por una docencia semipresencial o híbrida. Esto es, un modelo que combina la educación a distancia y la educación presencial.

Docencia híbrida

En un comienzo, el objetivo de las aulas docentes híbridas era solucionar los impedimentos de tiempo y distancia de aquellos y aquellas estudiantes que no podían compaginar su rutina con los horarios de enseñanza establecidos. No obstante, a raíz de estas experiencias se extrajeron conclusiones favorables que podían potenciarse de cara al futuro.

Esa consolidación llegaría en 2020, cuando la enseñanza semipresencial dejó de ser una opción para imponerse como una obligación por razones sanitarias.

Instaurada la nueva normalidad, asistimos a un cambio educativo en el que la tecnología se convierte en un aliado imprescindible para el desarrollo formativo. Las aulas dejan de ser simples salas destinadas a la enseñanza para convertirse en espacios sin fronteras de intercambio de conocimiento.

Algunas de las ventajas intrínsecas de la educación híbrida son la autonomía y flexibilidad que brinda a los estudiantes. Además, les da la oportunidad de aprender por su cuenta, así como explorar sus capacidades fuera del aula. En lo referente a los encuentros presenciales, cabe destacar cómo el intercambio de experiencias personales en tiempo real fomenta una comunicación más efectiva. Por su parte, los docentes encuentran nuevas vías para optimizar su tiempo de trabajo y las instituciones pueden reducir costes de mantenimiento de aulas y acercar la educación a un mayor número de personas ampliando la oferta de estudios basada en un modelo dual.

La Universidad de Murcia tiene muy presente que para emprender un modelo de docencia híbrida, es necesaria una inversión importante en material tecnológico, realizar acciones formativas dirigidas al uso de herramientas TIC y favorecer la subsanación de la brecha digital existente. Las medidas que se implantaron durante la covid 19 nos han dado la oportunidad de mejorar nuestro equipamiento y ecosistema de soluciones y herramientas corporativas. Aún así, todavía nos queda camino por recorrer hacia esa educación digital que aporta valor en cualquiera de sus tres modalidades (presencial, online o blended).